Los comienzos de la fotografía se remontan al año 1839,
con el procedimiento del Daguerrotipo, desarrollado por Daguerre a partir de
experiencias previas de Niepce, quien en 1816 obtiene las primeras imágenes negativas,
imperfectas e inestables, con el principio de las cámaras oscuras, y las
investigaciones sobre las propiedades fotosensibles de ciertos materiales, como
el ennegrecimiento de las sales de plata. En 1826, consigue su primera heliografía partiendo
del Betún de Judea o asfalto. El
citado método del daguerrotipo, consiste en la obtención de una imagen sobre
una superficie de plata pulida.
Para que el procedimiento fuera más económico y viable,
lo normal era que las placas fueran de cobre plateado, pues sólo era necesario
disponer de una cara plateada. La imagen se revelaba con vapores de mercurio,
apareciendo en la cara plateada de la placa, que previamente se había
sensibilizado con vapores de yodo. Pero era un procedimiento caro, y el equipo
pesado, y precisaba de un tiempo de exposición alto, de varios minutos, al
principio. Además los vapores de mercurio eran realmente dañinos para la salud.
Contextualmente, la fotografía nace en Francia, en un
momento de evolución de la sociedad y la vida industrial, favorecida por el
desarrollo y las innovaciones científico técnicas de la época. También influye el
nacimiento de las corrientes filosóficas positivistas, que establece que cada elemento de la
Naturaleza debe ser probado empíricamente con el objetivo de dársele un mayor
rigor científico al naciente fenómeno de la fotografía.
La burguesía es la clase social dominante del momento,
que utiliza el retrato como instrumento de autorrepresentación, y afirmación de
su ascenso social.
Ese mismo año 1839 se divulga para el mundo el
procedimiento del daguerrotipo. El sistema consiste en la obtención de una
imagen sobre una superficie de plata pulida. Para economizar, lo normal era que
las placas fueran de cobre plateado, pues sólo era necesario disponer de una
cara plateada. La imagen se revelaba con vapores de mercurio, apareciendo en la
cara plateada de la placa, que previamente se había sensibilizado con vapores
de yodo. Pero era un procedimiento caro, y el equipo pesado, y precisaba de un
tiempo de exposición alto, de varios minutos, al principio. Además los vapores
de mercurio eran realmente dañinos para la salud.
En 1840, William Henry Fox Talbot desarrolla un sistema más
desarrollado donde existen los elementos negativo-positivos, en otro
procedimiento llamado calotipo. Consistía en obtener un negativo de papel, que
luego por contacto era positivado sobre otra hoja de papel. El papel se
humedecía en una solución ácida de nitrato de plata, antes y después de la
exposición y antes de ser fijada. Dicha invención es más desarrollada ya que comienza
a hablarse de la copia fotográfica, debido a que un único negativo podía dar
lugar a varios positivos.
En 1842, científico inglés Sir John Frederick William
Herschel introduce el proceso llamado cianotipia. También fue el primero en
aplicar los términos "positivo" y "negativo" a las imágenes
fotográficas, comenzando a sentar las bases en estos principios. En 1819,
Herschel descubrió la característica solvente del hiposulfito de sodio en relación
a las sales de plata insolubles, estableciendo un precedente como un agente
fijador en la fotografía. El mismo informó a Talbot y Daguerre de su
descubrimiento en 1839 y que éste podía ser utilizado para fijar imágenes de un
modo permanente.
En función de mejorar y desarrollar la nitidez de las
imágenes, y con el objetivo de evitar las características rugosas del papel, en
1850 Blanquart Evrard emplea el papel de albumina. En los trabajos realizados
con la albumina, las fibras del papel están recubiertas con una capa de
albúmina de huevo. Luego este papel se sensibilizaba en nitrato de plata.
En 1851, se desarrolla el nuevo procedimiento fotográfico
del colodión húmedo. El colodión es vertido sobre las placas de vidrio, muy
limpias, posteriormente las placas se sensibilizan en un tanque con nitrato de
plata, y se colocan en los chasis. Permite la obtención de imágenes negativas
muy nítidas. Se llama "colodión húmedo" porque la placa ha de
permanecer húmeda durante todo el procedimiento de toma y revelado de las
imágenes. Esto suponía que los fotógrafos tenían que llevar consigo un
laboratorio fotográfico portátil, a fin de preparar la placa antes de la toma y
proceder a revelarla inmediatamente. Se generalizó así el uso de tiendas de
campaña y carromatos reconvertidos en laboratorios para los fotógrafos de
viajes que trabajaban en el exterior.
A partir de 1855, triunfa el colodión, el procedimiento más
usado del mundo hasta 1880. Entre los
fotógrafos más importantes que trabajaron en España, en este periodo, empleando
los negativos de vidrio al colodión, hay que citar al británico Charles
Clifford, al francés J. Laurent, y al español José Martínez Sánchez.
En 1871 nace el procedimiento de las placas secas al
gelatino-bromuro, que supone el empleo de una placa de vidrio sobre la que se
extiende una solución de bromuro, agua y gelatina sensibilizada con nitrato de
plata; que ya no necesita mantener húmeda la placa en todo momento. Se rebaja
el tiempo de exposición a un cuarto de segundo, lo que permite una menor exposición
a la luz para asi cercarse al concepto de instantánea fotográfica. Pero las
placas al gelatino-bromuro solamente triunfaron después de 1880.
En 1888, George Eastman lanza la cámara Kodak. Su gran
éxito comercial fue la introducción en el mercado del carrete de película
fotográfica, lo que provocó la progresiva sustitución de las placas de vidrio.
En 1907 Lumiere comercializa la fotografía en color. Son
diapositivas o transparencias en vidrio, conocidas como placas autocromas o Autochrome.
En 1931 se inventa el flash electrónico, que se utiliza
sobre todo cuando la iluminación existente no es suficiente para tomar la
fotografía con una exposición determinada. El flash es una fuente de luz
intensa y dura, que generalmente abarca poco espacio y es transportable.
En 1948 nace la fotografía instantánea de Polaroid: una
cámara que revelaba y positivaba la imagen en tan solo 60 segundos.
Finalmente, en 1990, comienza la digitalización del
ámbito fotográfico: las imágenes son capturadas por un sensor electrónico que dispone
de múltiples unidades fotosensibles y desde allí se archivan en otro elemento
electrónico que constituye la memoria.